Artículo de Socorro Gomes sobre Cuba: Nuevo intento no derrotará a la revolución cubana

Tuesday, December 8, 2020

Otro acto se está gestando en la larga farsa que es la llamada guerra de “baja intensidad”, que de bajo sólo tiene el método, de Estados Unidos contra Cuba. En esta guerra sucia, como se ve en tantas latitudes, los reaccionarios secuestran las demandas populares, instigando manifestaciones lideradas por una minoría que promueve la agenda golpista de las élites y del imperio. Tales intentos buscan destruir el socialismo en Cuba y deben ser condenados.

Esa es la llamada “farsa de San Isidro”, que manipula las legítimas demandas de participación en el mejoramiento de la democracia cubana (o en lo que se ha convertido en una palabra de moda vacía, “diálogo”) para, en realidad, infiltrar en las manifestaciones la agenda reaccionaria e imperialista. Las voces revolucionarias en el país que legítimamente tienen propuestas para esa mejora instan a los defensores de la democracia y la soberanía, el socialismo y el progreso histórico, a no dejarse engañar por el grupo de artistas llamado "Movimiento San Isidro".

No faltan pruebas de su vinculación con el imperio y uno de sus supuestos "presos políticos" fue filmado en claro desprecio y ofensa a un policía, en una manifestación, diciendo que su presidente no es otro que Donald Trump. Consistente, ya que una de las recientes “manifestaciones” del grupo fue una clara violación de las normas de salud en la lucha contra el Covid-19, comportamiento irresponsable promovido por el propio Trump.

Basta ver quiénes son los partidarios más vocales de este “movimiento” en las mismas redes sociales que sirven a la fabricación de golpes de Estado: el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo y el senador republicano Marco Rubio, un conocido reaccionario y golpista, descendiente de cubanos instalado en Miami, salta a la vista. Es también el caso del representante del imperio en la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien más recientemente tomó parte activa en el criminal golpe de Estado en Bolivia, pronto derrotado en las urnas por el pueblo soberano de ese estado plurinacional y cuyas fuerzas quedaron al descubierto por la brutalidad de su método y su intención.

Como señala la Unión de Juristas Cubanos en nota difundida el viernes (4), la farsa pretende "socavar el orden político, económico y social a través de un golpe blando apoyado por Estados Unidos". Los juristas reforzaron lo que dijo el presidente cubano Miguel Díaz-Canel: "Cuba soberana no acepta injerencias (…). El pueblo revolucionario dará el combate". Como siempre, en honorable resistencia.

El Consejo Mundial de la Paz está siempre listo en una fuerte condena de otro crimen ignominioso contra la soberanía de Cuba. Una vez más es indignante el ataque a un país que ha brindado apoyo y solidaridad a pueblos de todo el mundo, en un esfuerzo constante por fortalecer la Cultura de Paz, la amistad y el respeto entre naciones, mientras el imperio conduce a la guerra y destrucción a los que no se someten.

Son ya más de 60 años de un criminal bloqueo económico y mediático contra Cuba y su pueblo. Estados Unidos y otros países cómplices no podían aceptar que triunfara la independencia y la soberanía nacional, que Cuba revolucionaria mostrara al mundo que es posible construir una verdadera democracia, haciendo palpable el sueño de todos los pueblos de emancipación social. Son conquistas del pueblo cubano, incluso en las condiciones más difíciles de bloqueo y agresión constante, en las que el imperio busca obstaculizar su desarrollo, socavar su soberanía y destruir el estado socialista. Por eso son aún más honorables, destacando el carácter firme de este pueblo, su alta conciencia y su inmenso humanismo. Eso demuestra que la voluntad de un pueblo soberano y solidario no se puede derrotar fácilmente y que sí se impone en la heroica defensa de la Patria y su revolución.

Por lo tanto, cuando una vez más surge un movimiento que dice ser defensor de la democracia, pero cuenta con el apoyo de las mismas fuerzas que mantienen un ataque constante a la soberanía de su pueblo mientras brutalizan a sus propios ciudadanos en protesta por condiciones de vida dignas, ese movimiento no podrá engañarnos. Demandas legítimas se hacen por fuerzas conscientes de que una cosa es contribuir al mejoramiento de su sistema político y otra es entregar las conquistas históricas e inspiradoras de la revolución a las fuerzas reaccionarias, a las élites que se rinden. Y eso es lo que arriesga este movimiento.

Los pueblos víctimas de la opresión y de las políticas de destrucción y muerte tienen un sendero de esperanza en la revolución cubana y en el pueblo cubano un pueblo fraterno, amigo, luchador, culto y honorable. Un pueblo que no está encerrado en su propia construcción, como busca hacer el bloqueo, aislándole, sino que sigue brindando solidaridad y apoyo a las poblaciones más necesitadas y en los momentos más graves, como lo hacen las brigadas médicas en esta pandemia. Entonces, si tuviera éxito, el intento instigado por el imperio traería una verdadera tragedia para aquel pueblo y una pérdida inestimable para toda la humanidad. Debe ser condenado por todos los solidarios con el pueblo cubano, que defiende su soberanía y su emancipación nacional y social; por todos los que defienden el respeto a la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos.

Estamos seguros de que la revolución cubana, a pesar de todas las dificultades que impone el bloqueo y la actual situación global, superará una vez más al decadente y cobarde imperio y emergerá más fuerte y unida en la consolidación de una sociedad próspera y justa, una sociedad socialista, independiente y soberana. Nosotros, los movimientos antiimperialistas de la paz y la solidaridad internacional, como siempre, estamos al lado del pueblo cubano en la resistencia a un nuevo intento en contra de su revolución, denunciando en los términos más enérgicos la injerencia imperialista y el oportunismo de las fuerzas antipatrióticas que, estamos convencidos, no podrán rendir su propia nación.

*Socorro Gomes es la presidenta del Consejo Mundial por la Paz